Bruegel 33Cl
Paquita Brown 33Cl
Delirium Tremens 75Cl
Hoegaarden Grand Cru 33Cl
Val Dieu Blonde 33Cl
Kwaremont Blonde 33Cl
Cornet Oaked 33Cl
Piraat 33Cl
Het Kapittel Prior 33Cl
Triple Karmeliet 33Cl
Corsaire 33Cl
Galana Nº 3 Rubia 33Cl
Mc Chouffe 33 Cl
Nonkel Pater 33Cl
Gouden Carolus Cuvee V. K. Whisky Infused 33Cl
Val Dieu Triple 33Cl
Buffalo Belgian Bitter 33Cl
Achel Tripel 33Cl
Omer 33Cl
Leffe 9º Rituel 33Cl
Malheur 10 33Cl
Lowenbrau 33Cl
Gouden Carolus Triple 33Cl
Bornem Double 33Cl
Sapporo 33Cl
Hellekapelle 33Cl
Mongozo Coconut 33Cl
Augustiner Edelstoff 50Cl
Saint Feuillien Blonde 33Cl
Saint Feuillien Five 33Cl
Quilmes 34 Cl
Viven Master Champagner Weisse 33Cl
Hoegaarden Grand Cru 33Cl
Perfil técnico del producto: Bruegel
La Bruegel es una cerveza belga de alta fermentación que pertenece a la familia de las amber ales, destacando por su equilibrio entre malta, lúpulo y levadura. Presenta un color ámbar profundo con reflejos rojizos, coronado por una espuma densa, cremosa y persistente, lo que la convierte en una cerveza visualmente atractiva y elegante. Su graduación alcohólica es de 5,2% ABV, un nivel moderado que permite disfrutarla con facilidad, manteniendo un cuerpo consistente y con matices complejos. En cuanto al amargor, se sitúa alrededor de los 28-30 IBU, ofreciendo un perfil suave, con un final seco y ligeramente especiado.
En nariz, la Bruegel despliega un abanico aromático de gran riqueza. Se perciben notas de caramelo, frutos secos tostados y pan maltoso, acompañadas por toques florales y herbales que aportan frescura. Al primer sorbo, su entrada es sedosa y equilibrada: predominan las maltas caramelizadas que evocan miel ligera y bizcocho, seguidas por un contrapunto de hierbas y especias que aportan vivacidad al conjunto. El final es largo, agradable y muy armonioso, con un retrogusto que deja una sensación levemente amarga que invita a seguir bebiendo.
Su versatilidad gastronómica es uno de sus puntos fuertes. La Bruegel marida muy bien con carnes asadas, guisos tradicionales, quesos de intensidad media y embutidos curados, resaltando los sabores de los alimentos sin perder protagonismo. Su carácter equilibrado la hace ideal tanto para una comida completa como para disfrutar en un aperitivo relajado.
Historia y fabricante del producto: Bruegel
La cerveza Bruegel es producida por la histórica Brouwerij Van Steenberge, una de las casas cerveceras más antiguas y reconocidas de Bélgica, ubicada en Ertvelde, en la región de Flandes Oriental. Sus orígenes se remontan al año 1784, cuando Jean-Baptiste De Bruin fundó la cervecería con la intención de elaborar cervezas locales para la comunidad. Desde entonces, la empresa ha pasado por diversas generaciones y etapas de modernización, pero siempre conservando el espíritu artesanal que caracteriza a la tradición belga.
El nombre de la cerveza rinde homenaje a Pieter Bruegel- el Viejo, el célebre pintor flamenco del siglo XVI, conocido por sus obras que retratan escenas de la vida cotidiana campesina con gran detalle y un estilo inconfundible. La elección de este nombre no es casual: busca reflejar la conexión entre arte, cultura y tradición cervecera. Así como Bruegel pintaba la vida de su pueblo con maestría, esta cerveza intenta transmitir la esencia de Bélgica a través de sus aromas, sabores y carácter.
La cervecería Van Steenberge, además de la Bruegel, es responsable de otras marcas icónicas como Gulden Draak, Piraat y Augustijn, lo que demuestra su capacidad para crear cervezas con identidades muy diferentes pero igualmente reconocidas. Hoy en día, sigue siendo una empresa familiar dirigida por la sexta generación, que ha sabido mantener la tradición mientras se expande a mercados internacionales. La Bruegel es, por tanto, un símbolo vivo de cómo la historia, la cultura y la cerveza se entrelazan en Bélgica.
Curiosidades del producto: Bruegel
La Bruegel no solo destaca por su sabor y su historia, sino también por una serie de curiosidades que la convierten en una cerveza única en su categoría. Una de las más llamativas es su etiqueta, que suele inspirarse en las obras del pintor Pieter Bruegel, reforzando el vínculo artístico y cultural de la cerveza con el legado flamenco. Este detalle no solo le da un aspecto distintivo en las estanterías, sino que también invita al consumidor a sumergirse en una experiencia que combina arte y degustación.
Otra curiosidad importante es que la Bruegel se considera una amber ale de inspiración histórica, ya que su receta busca evocar los estilos de cerveza que podían beberse en los pueblos flamencos del siglo XVI. Aunque está adaptada a los estándares modernos de elaboración, conserva ese aire rústico y tradicional que la diferencia de otras cervezas belgas más modernas o experimentales. Esta característica la convierte en una elección muy apreciada por quienes buscan autenticidad y conexión con el pasado.
Además, la Bruegel ha tenido presencia en diferentes concursos internacionales de cerveza, donde ha sido reconocida por su equilibrio y fidelidad al estilo. También es habitual encontrarla en festivales cerveceros de Bélgica, donde se sirve en su copa tulipa, un vaso diseñado para concentrar aromas y resaltar la espuma. Todo esto convierte a la Bruegel en mucho más que una simple cerveza: es un viaje sensorial y cultural que une tradición, arte y sabor en una sola experiencia.
